Ella no tenia vida, más que la que le había fabricado.
Lo adoraba por ser un Dios, él la amaba por ser mortal.
Ofreciéndole su cuerpo a cambio del poder, él acepto.
Pero ella mintió...
Ofreciéndole a ella... su corazón caminante, ella lo rechazo.
Ella rompió su corazón y él Dios la maldijo en silencio:
Podrás ver las desgracias que se aproximan,
pero nadie te creerá.
Desde ese día, sería una contadora de historias.
¿Profetiza o Impostora? A pesar de su hablar verdadero.
Omnipotente... El Dios se ríe desde el Sol.
"Yo puedo mañana sentirlo otra vez si tu puedes"... Se repetía Apolo.
A pesar del beso y el aliento, ademas de los encuentros
escondidos y el antiguo deseo...
¡ Sádico!- Grito Cassandra al cielo.
Vidente del futuro
Antes de la tragedia, antes de su maldición...
Calmada estaba ella y complaciente ante sus ojos,
una señal divina, ella lo deseaba.
Una amante impulsada por su presta arrogancia,
El Dios hermoso y deslumbrante, como podía negarse.
Con un pacto de carne, de dos amantes entregándose,
él la beso en la boca y le dio el don de la adivinación.
Cuando tuvo el poder, ella lo dejo.
Si el lo concedió, entonces por que el mismo no lo previo.
Ella dijo nunca más, él se quedo callado.
Estaba asumiendo el momento del no,
la negativa de ella, le nublo el corazón.
Quien rechaza a un Dios... Su estupidez fue la tumba
de toda esperanza.
Ella creyó sus propias palabras, él pensó en la vida de ella,
salvandola de más aflicciones. Pero ella se reía en su cara.
Ella mantuvo su majestuosa dignidad, aun por demás pequeña.
Él se contuvo una vez más, decidido a abandonarla a su suerte.
La beso en la frente y le susurro: "Yo puedo mañana sentir otra vez si tu puedes"...