A veces mientras estoy inmersa en mis pensamientos, pienso en esa mujer valiente que ha sacrificado todo por mi y por mis hermanos, pienso en lo poco que le he comprendido, lo mucho que le he exigido, pienso que el día que no este yo me romperé y siempre he pedido irme antes que ella, pues no creo poder soportar el dolor de verle partir de este mundo. Pienso que muy poco le he dicho que la amo, y se que debería hacerlo, pero no soy del tipo de personas que pueda hablar con el corazón sin derramar lagrimas, sin el nudo en la garganta, y el temblar en las piernas. Creo que siento tan fuerte mis emociones que no pueden salir de mi boca. Pero si pudiera ser valiente y pararme enfrente de ella le diría que para mi es la persona más maravillosa del mundo, que quisiera ser un escudo para protegerla de todos y de todo, que quisiera ser lo que ella siempre deseo que fuera, que se sintiera orgullosa y feliz, que cuando llora siento que el cielo se oscurece, y cuando ríe es como si irradiará luz, que cuando la abrazo su corazón suena igual que el mio.
Todo lo que soy, todo lo que puedo llegar a ser te lo debo a ti, a pesar de las discordancias, errores, problemas, a pesar de las rebeldías y los gritos, siempre te escuche, quisiera nunca haber cometido ningún error, nunca haberte dicho algo desagradable, pero soy un ser humano, y sobretodo soy tu hija, necia y testaruda, rebelde y ostentosa, igual que tu y se que no podre dejar de ser como soy al igual que tu no podrás dejar de disculpar cada una de mis faltas, ni de esperar que cada uno de tus hijos seamos mejores mañana de lo que fuimos ayer, ni dejaras de preocuparte por cada decisión que tomemos en la vida, por que tu trabajo siempre ha sido la de ser un faro de luz para nosotros, un guía, una amiga y sobretodo, ser esa persona que te espera con un abrazo cuando el mundo parece derrumbarse.
Todo lo que soy, todo lo que puedo llegar a ser te lo debo a ti, a pesar de las discordancias, errores, problemas, a pesar de las rebeldías y los gritos, siempre te escuche, quisiera nunca haber cometido ningún error, nunca haberte dicho algo desagradable, pero soy un ser humano, y sobretodo soy tu hija, necia y testaruda, rebelde y ostentosa, igual que tu y se que no podre dejar de ser como soy al igual que tu no podrás dejar de disculpar cada una de mis faltas, ni de esperar que cada uno de tus hijos seamos mejores mañana de lo que fuimos ayer, ni dejaras de preocuparte por cada decisión que tomemos en la vida, por que tu trabajo siempre ha sido la de ser un faro de luz para nosotros, un guía, una amiga y sobretodo, ser esa persona que te espera con un abrazo cuando el mundo parece derrumbarse.
Hay días es que simplemente me quedo mirando con disimulo, pues trato de memorizar cada uno de tus detalles, tu cabello ondulado después de los hombros, esas arrugas que se niegan a irse, las pecas en tu mejillas, la cicatriz en tu pierna, tus uñas en forma de ovalo, todos esos detalles que no quiero que desaparezcan nunca, por que si algún día te pierdo podre recordarte tal como eres... perfecta.